"style" " .Noboa y Abad: ¿La Pugna que Puede Desestabilizar Ecuador?

Noboa y Abad: ¿La Pugna que Puede Desestabilizar Ecuador?


Verónica Abad, en Quito (FE/José Jácome)


Los enfrentamientos políticos en Ecuador alcanzan un nuevo nivel de intensidad con el conflicto abierto entre el presidente Daniel Noboa y su vicepresidenta, Verónica Abad. Desde la elección de Noboa y Abad como binomio en la segunda vuelta de 2023, la relación entre ambos ha estado marcada por la desconfianza y el distanciamiento, lo que ahora ha escalado a un punto crítico.

El presidente Noboa ha dejado claras sus intenciones respecto al futuro político de Abad. En una entrevista radial, declaró con tono seguro que "Ella se va a salir solita", insinuando que la vicepresidenta eventualmente dejará su cargo sin intervención directa de su parte. Sin embargo, Noboa añadió una inquietante nota: "Nosotros tomaremos las medidas que la Constitución nos permita. Ahí lo dejo con intriga", sugiriendo que podrían tomar acciones aún no especificadas contra Abad.

La respuesta de Abad no se hizo esperar. La vicepresidenta manifestó su preocupación por su seguridad, responsabilizando a Noboa y otras entidades gubernamentales de una supuesta persecución en su contra. "He recibido amenazas por las funciones que provocan este destierro, enviar a mi hijo a La Roca, me han amenazado con hacerle daño en prisión", afirmó Abad, quien aseguró que no renunciará a su cargo.

Abad ha expresado repetidamente que, a pesar de la tensión, está dispuesta a reconciliarse con el presidente Noboa. No obstante, los hechos sugieren una ruptura profunda y posiblemente irreparable. Desde que Noboa envió a Abad como embajadora a Israel, la vicepresidenta ha sentido que el presidente busca mantenerla alejada del poder central. Esta acción marcó un punto de inflexión en su relación y amplificó las acusaciones de deslealtad y conspiración mutua.

El conflicto ha llegado al ámbito judicial. La Fiscalía ha vinculado a Abad al Caso Nene, acusándola de concusión, un delito que podría iniciar un juicio político en su contra. Sin embargo, la Asamblea Nacional no autorizó el enjuiciamiento penal, lo que representó un revés para el Ejecutivo. Abad, por su parte, ha iniciado una acción para recusar a la jueza que encarceló a su hijo, argumentando un conflicto de interés debido a supuestas conexiones familiares entre la jueza y el abogado del denunciante.

El presidente Noboa ha explorado otras vías para asegurar su posición. Intentó que el Procurador del Estado interpretara si debía pedir licencia para hacer campaña, a lo que el Procurador respondió que no está facultado para realizar dicha interpretación. Paralelamente, el consejero Juan Esteban Guarderas presentó una denuncia contra Abad ante el Tribunal Contencioso Electoral por una supuesta infracción electoral anterior, aunque esta denuncia fue desestimada.

En este contexto de creciente tensión, surge una propuesta lógica y potencialmente estabilizadora: Noboa podría considerar una conversación franca y constructiva con su vicepresidenta. Dada la capacidad constitucional del vicepresidente para asumir la presidencia temporalmente, permitir que Abad tome el mando mientras Noboa se enfoca en su campaña podría desescalar la situación. Tal medida no solo podría mitigar el conflicto actual, sino también ofrecer un respiro político necesario para que ambos líderes se concentren en sus respectivas responsabilidades sin que la pugna interfiera con el funcionamiento del gobierno.

Ecuador no merece esta situación de inestabilidad política. Es crucial que se establezca un ordenamiento jurídico sólido que permita abrir el mercado al mundo y combatir eficazmente la narcopolítica que afecta al país. La solución podría residir en un liderazgo cohesionado y una comunicación efectiva entre Noboa y Abad, permitiendo que la vicepresidenta asuma un rol más activo y temporalmente el liderazgo, asegurando así la continuidad del mandato sin interrupciones innecesarias.

Publicar un comentario

0 Comentarios