Titulares de los principales medios informativos del país - 15 de julio de 2024

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El tiempo es una corriente constante que no se detiene. Los días pasan, uno tras otro, sin esperar a nadie. En esta marcha incesante del tiempo, a menudo nos encontramos atrapados en la rutina, preocupados por el futuro o lamentándonos por el pasado. Pero ¿qué pasaría si decidimos vivir cada día con la intención de ser felices? La felicidad no siempre se encuentra en grandes eventos o logros. Más bien, está en los pequeños momentos que llenan nuestras vidas cotidianas. Es el cálido abrazo de un ser querido, la sonrisa de un extraño, el aroma del café por la mañana, o el simple placer de un atardecer. Para ser felices cada día, debemos aprender a estar presentes. Esto significa disfrutar de cada instante, saborear cada experiencia y valorar las cosas que a menudo damos por sentadas. No se trata de ignorar los problemas o las dificultades, sino de encontrar un equilibrio, de buscar la belleza y la alegría en medio de la adversidad. Ser felices es una elección. Podemos elegir centrarnos en lo positivo, en lo que nos hace sentir bien, y alejarnos de lo que nos causa malestar. Podemos rodearnos de personas que nos inspiran, que nos apoyan y nos animan a ser nuestra mejor versión. La gratitud es también una clave esencial para la felicidad diaria. Al agradecer lo que tenemos, en lugar de lamentar lo que nos falta, cultivamos una actitud de abundancia y satisfacción. Esta perspectiva nos permite ver el mundo con ojos nuevos y apreciar la magia que existe en lo cotidiano. Recuerda que la vida es un regalo, y cada día es una nueva oportunidad para ser felices. No dejemos que la prisa del mundo nos robe la capacidad de disfrutar de la vida. Abre tu corazón, sonríe con más frecuencia, ama con intensidad y vive con propósito.

Sócrates y Platón que hablan sobre el placer y el dolor: Sócrates: "El secreto de la felicidad no se encuentra en la búsqueda del placer, sino en encontrar el placer en el deber." Esta cita refleja la creencia de Sócrates de que la verdadera felicidad proviene de cumplir con nuestras responsabilidades y deberes, en lugar de buscar placeres hedonistas. Sócrates: "El placer y el dolor, aunque opuestos, son inseparables. Donde hay uno, el otro lo sigue." Esta observación subraya la interdependencia entre el placer y el dolor, sugiriendo que ambos son partes inevitables de la vida humana. Platón (en "El Banquete"): "El hombre que hace del placer el fin de todas sus acciones, no tiene ni el placer ni la virtud; y su vida está llena de miedo, dolores y remordimientos." Platón, a través de sus diálogos, advierte contra la búsqueda desenfrenada del placer, argumentando que puede llevar a una vida de sufrimiento y arrepentimiento. Platón (en "La República"): "El placer más grande es el de aprender la verdad." Aquí, Platón sugiere que el verdadero placer proviene del conocimiento y la comprensión, en lugar de los placeres sensoriales o materiales. Platón (en "Gorgias"): "El placer no es el bien, pues el bien es algo que participa de una naturaleza estable y duradera, mientras que el placer es una emoción pasajera y cambiante." En este pasaje, Platón distingue entre el bien (como algo permanente y estable) y el placer (como algo transitorio y fluctuante), sugiriendo que la búsqueda del bien es más valiosa y significativa. Estas citas reflejan las profundas reflexiones de Sócrates y Platón sobre la naturaleza del placer y el dolor, y la importancia de buscar un equilibrio y una vida virtuosa